¿Quieres una buena noticia? está en tu mano hacer que tu viaje en avión sea más confortable y saludable. Con estos consejos conseguirás que tus vuelos de larga duración sean lo más cómodos posible, además de suavizar los efectos del temido jet lag.
Los viajes en avión pueden ser glamurosos y emocionantes (me gusta ver la parte positiva siempre), pero también incómodos, tediosos y producir jet lag en los vuelos intercontinentales.
Largas horas de vuelo en espacios reducidos (si no eres de los afortunados que viajan en preferente), dan lugar a posiciones que pueden provocar dolores de espalda, hinchazón, y otras molestias.
Ya has comprado tus billetes de vuelo baratos, preparado tu maleta de forma eficiente, contratado tu seguro de viaje y por fin ha llegado el ansiado momento de viajar y de afrontar el largo vuelo. No hay problema, con estas recomendaciones conseguirás llevar el vuelo de la manera más amena y saludable posible.
¿Qué vas a encontrar en este post?
Tu viaje en avión más cómodo y saludable
1 – Antes de volar, elige tu asiento
Dado que te espera un vuelo largo, las horas que pases en él se te harán más llevaderas cuanto más se adapte a tus preferencias. Así que el primer paso es reservar tu asiento preferido, para ello, tan pronto se abra el check-in, lánzate a por él.

Dicho esto, si te gusta levantarte a menudo, elige un asiento en pasillo para poder salir al baño o levantarte cuando te apetezca sin tener que molestar a nadie.
O igual eres de los que se quedan dormidos en cuanto despega el vuelo (¡que envidia!) y en este caso lo mejor es el asiento de ventanilla, con el plus de que puedes apoyar tu almohada en ella.
Si necesitas un espacio más amplio los asientos que se encuentran en la “salida de emergencia” o en las primeras filas son los ideales, pero eso sí, tendrás que pagar por ellos.
Por otro lado, si tienes ansiedad a volar o tiendes a marearte, selecciona los asientos situados en la parte delantera del avión, ya que las turbulencias se notan menos.
2 – Durante el vuelo, utiliza ropa y calzado cómodos
Parece una obviedad, pero te aseguro que marca la diferencia. Está genial llevar un bonito look con zapatos de tacón, pero para esta ocasión … prescindiremos de ellos.
De los tacones, no del look bonito… Para viajar cómodo la ropa debe ser holgada, y mejor que te cubra las piernas (por los gérmenes y por el frío del aire acondicionado).
Asimismo, es aconsejable vestir por capas. Normalmente la temperatura en el avión es gélida, pero a veces también hace bastante calor, y de este modo puedes regular la temperatura de tu organismo.
Tampoco está de más llevar un pañuelo de cuello a mano, para evitar, en el peor de los casos, llegar afónicos al destino.
Respecto a los zapatos, aplica lo mismo. Mejor si son de horma ancha, aunque primordial es que no te aprieten. El motivo es que al estar sentado y quieto tanto tiempo, el cuerpo tiende a hincharse.
Además, es buen momento para utilizar las medias de compresión, ya que te ayudan a mejorar la circulación en las piernas.
Actúan apretándolas suavemente para que la sangre circule hacia arriba. De esta forma previenen la hinchazón de las mismas y que se formen los peligrosos coágulos de sangre.
3 – Hidrátate, tanto por fuera como por dentro
Con el objetivo en mente de un viaje cómodo y saludable, es crucial mantenerse hidratado durante el vuelo para evitar la deshidratación y sequedad en la piel. Eso se consigue bebiendo mucha agua y evitando el alcohol y el café (en la medida de lo posible).
Una buena idea para tener a mano toda el agua que necesites y evitar levantarte mucha veces para pedírsela a la tripulación, es llevar tu propia botella de agua reutilizable.
4 – Haz comidas ligeras
Lo que me gusta de las comidas que te ofrecen el el avión -me refiero a la clase turista- es que son un anticipo culinario de lo que te espera en el país que vas a visitar.
No obstante, es mejor elegir los platos más ligeros para evitar la sensación de pesadez, ya que no te vas a poder mover mucho durante horas. Eso te facilitará una digestión más fácil y podrás conciliar mejor el sueño.
Por otra parte los alimentos altos en sal y grasas pueden producir malestar estomacal y eso hay que evitarlo al máximo.
5 – Cuidado con el aire acondicionado
El aire acondicionado a muy baja temperatura durante los vuelos puede ser extremadamente perjudicial, sobre todo porque te puede doler la garganta y terminar afónico.
Llevar un pañuelo para el cuello y tener a mano alguna ropa de abrigo son dos formas de evitarlo. En general, a mí no me parece suficiente con la manta que proporciona la compañía aérea.
6 – Lleva contigo entretenimiento
Es cierto que los propios aviones normalmente ya ofrecen entretenimiento en forma de pantallas individuales cargadas de música, juegos y películas.
Sin embargo, puedes tener la mala suerte de que no te funcione el monitor y la compañía no pueda hacer nada para remediarlo o que directamente no te apetezca ver las películas y series del catálogo de la compañía aérea.

Así que lo mejor es ir preparado y llevarte tus propias películas o series, música, algún libro y juegos. Todo ello previamente descargado en tus dispositivos (tablet, ebook, móvil) y con la batería bien cargada, ya que el número de puertos USB del avión suele ser limitado.
7 – Muévete y haz ejercicios de estiramiento
Durante viajes largos, se debe hacer algo de ejercicio y estiramiento para mejorar la circulación sanguínea. Por este motivo, muchas aerolíneas incluyen una tarjeta con algunos ejercicios recomendados que puedes hacer.
Algunas ideas de ejercicios que puedes realizar:
En el asiento:
Mover los dedos de los pies, flexionar y extender las piernas, rotar los tobillos, estirar el cuello.
Cuando estés de pie:
Además de darte un paseo por el avión de vez en cuando, puedes contraer los brazos y piernas para activar la circulación.
Ponerte de puntillas, elevando el talón y permanecer en esa posición durante 3 segundos. Apoyar el talón y repetir varias veces.
Recuerda, estos ejercicios son solo para desentumecer el cuerpo y estimular los músculos para propiciar la circulación sanguínea. No se trata de hacer actividad física, sudar ni nada parecido.
8 – Cuida tu higiene
Para estar más cómodo en el avión, también ayuda mantener una buena higiene. Así por ejemplo, lleva un kit de aseo que incluya cepillo de dientes, dentífrico, toallas húmedas y gel de manos.
También es vital un kit de hidratación, ya que en el avión la humedad es más baja de lo normal, entre un 10-20% y la piel lo nota.
Una crema hidratante para la cara, cacao de labios, lágrima o colirio para los ojos, e incluso una crema de manos te permitirán estar más confortable y además no ocupa casi nada de espacio, ya que todo lo puedes llevar en formato viaje o monodosis.
9 – Kit para dormir
Es probable que no te resulte fácil dormir en el avión, aunque estés cansado y aburrido y sea lo que más te apetezca.
Si no eres de los que tienden a dormir en cualquier lugar, puede costarte conciliar el sueño con tanta gente alrededor, espacio reducido del asiento y la posición del mismo (que tampoco ayuda).
Para ello es útil tener a mano un kit que incluya: una almohada cervical con el fin de evitar una mala posición del cuello o que este se te disloque al dar un cabezazo; un antifaz para tener los ojos más descansados y finalmente unos tapones para aislarte del ruido ambiental.
10 – Evita hacer escalas muy cortas
Los vuelos intercontinentales suelen tener una o dos escalas por lo que es necesario que las conexiones sean lo suficientemente largas como para poder desembarcar tranquilamente sin estar pendientes del reloj y evitar los agobios de no llegar a tiempo.
Por ejemplo, puede suceder que el primer vuelo salga con retraso y te haga perder el siguiente.
Asimismo, conviene tener en cuenta el tiempo extra que necesitarás si hay que pasar algún control de seguridad en el aeropuerto de conexión.
Por lo tanto, lo mejor es asegurarse de contar con tiempo suficiente para bajar del avión, pasar los controles y llegar a la siguiente puerta de embarque con tranquilidad, lo cual repercute en tu bienestar.
11 – Minimiza el efecto del jet lag
Cuanto mayor es la diferencia horaria, más se notan sus efectos, y el jet lag es precisamente esto, la incomodidad causada por el desajuste entre tu reloj corporal interno y las circunstancias externas.
En este caso, es el resultado de cruzar varios husos horarios más rápido de lo que tu cuerpo puede adaptarse. Las consecuencias son problemas de sueño, fatiga y dificultad de concentración. Normalmente dura de dos a cinco días o a veces algo más.
La verdad es que no hay mucho que se pueda hacer para contrarrestar los cambios de huso horario. Lo que mejor funciona es intentar adaptarse cuanto antes a la hora local.
Pongamos por caso que llegas a tu destino a las 9 de la mañana y para ti son las 2 de la madrugada, procura mantenerte activa haciendo todas las actividades que hayas programado para el día y acuéstate por la noche (o lo más tarde que puedas).
Algunas medidas que puedes tomar para suavizar los efectos del jet lag
Puedes comenzar a ajustar tu reloj corporal una semana antes del viaje de esta manera:
Si vas a viajar al este: acuéstate y levántate una hora más temprano cada noche. En el caso de viajar hacia el oeste: una hora más tarde.
Asimismo antes del vuelo, es muy recomendable seguir una dieta sana, hacer algo de ejercicio y no beber alcohol ya que puede provocar somnolencia.
Cuando llegues a tu destino, trata de exponerte al sol con la mayor frecuencia posible, ya que la luz solar aumenta la producción de melatonina (la hormona responsable de regular el sueño) y ayuda a regular tu reloj biológico.
Durante el primer día, evita las comidas copiosas, es mejor seguir una dieta ligera con el fin de aliviar tu sistema digestivo.
A medida que vayas ajustando tu horario, trata de controlar tu tiempo de sueño. Dormir menos de 7 u 8 horas por noche hará más difícil que tu cuerpo se adapte a la nueva zona horaria.
Viaje en avión confortable y saludable, consideraciones finales
Ya has visto que dispones de opciones para lograr que tu vuelo de larga distancia sea confortable y reducir los efectos del jet lag.
En pocas palabras, cuidarte en el avión durante el vuelo no es lo único que puedes hacer para tu bienestar; también es muy significativo lo que hagas los días previos al viaje y durante los primeros días en tu destino.
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